espacio de información y reflexión sobre el mundo de la edición de libros infantiles y juveniles
domingo, 11 de noviembre de 2012
Concurso para estudiantes y profesores
Fui jurado en la categoría Profesores y en la categoría Estudiantes. En unos días se anuncian los ganadores. Es muy interesante participar en estas convocatorias que permiten explorar nuevas formas de narrativa.
martes, 16 de octubre de 2012
Curso de edición de libros para chicos y jóvenes
Junto con mi colega y amiga Ariela Kreimer, preparamos una nueva y revisada edición del curso de edición de libros para chicos y jóvenes.
Desde mediados de octubre hasta mediados de diciembre, en Casa de Letras, San Telmo, Buenos Aires.
Desde mediados de octubre hasta mediados de diciembre, en Casa de Letras, San Telmo, Buenos Aires.
La edición de libros para niños y jóvenes está llena de desafíos, y la responsabilidad del editor abarca desde la construcción del catálogo hasta la selección léxica.
Pero ¿cómo se hace un libro para chicos? ¿Cuál es la especificidad de la edición de este género? ¿Cuáles son los saberes que el editor especializado debe poner en juego? A partir de bibliografía teórica, de la observación y de la práctica, exploraremos algunas respuestas a estos interrogantes.
Pero ¿cómo se hace un libro para chicos? ¿Cuál es la especificidad de la edición de este género? ¿Cuáles son los saberes que el editor especializado debe poner en juego? A partir de bibliografía teórica, de la observación y de la práctica, exploraremos algunas respuestas a estos interrogantes.
Destinatarios del curso
El curso está destinado a todos aquellos interesados en una aproximación al mundo de la edición de libros para niños y jóvenes.
El curso está destinado a todos aquellos interesados en una aproximación al mundo de la edición de libros para niños y jóvenes.
Contenidos:
-De la idea al libro
Circuito editorial básico / Actores y competencias
-El editor especializado y la especificidad de los libros infantiles
Especificidad y competencias / Múltiples destinatarios / Modos de circulación / Concepto de infancia / La figura del editor
-Los géneros editoriales y los géneros literarios
Exploración del texto y del paratexto / Convenciones y rupturas
-La construcción del catálogo editorial
Sellos, colecciones y series / Constantes y variables / Soportes
-El libro como unidad: texto + diseño + imagen
Elementos de diseño / Relación entre texto e imágenes / Ilustraciones / Edición de imágenes
-La selección de originales y la edición de textos literarios
Criterios de selección / Trabajo con los autores / Edición del texto
Duración: 8 clases de 2 horas
Días y horario: miércoles de 16 a 18
Inicio: 17 de octubre
-De la idea al libro
Circuito editorial básico / Actores y competencias
-El editor especializado y la especificidad de los libros infantiles
Especificidad y competencias / Múltiples destinatarios / Modos de circulación / Concepto de infancia / La figura del editor
-Los géneros editoriales y los géneros literarios
Exploración del texto y del paratexto / Convenciones y rupturas
-La construcción del catálogo editorial
Sellos, colecciones y series / Constantes y variables / Soportes
-El libro como unidad: texto + diseño + imagen
Elementos de diseño / Relación entre texto e imágenes / Ilustraciones / Edición de imágenes
-La selección de originales y la edición de textos literarios
Criterios de selección / Trabajo con los autores / Edición del texto
Duración: 8 clases de 2 horas
Días y horario: miércoles de 16 a 18
Inicio: 17 de octubre
lunes, 15 de octubre de 2012
¡Frankfurt Fellowship Programme!
Entre el 30 de septiembre y el 14 de octubre participé del programa de Fellowship que otorga la Feria del libro de Frankfurt. Fue una experiencia por demás interesante y enriquecedora, y fue una gran oportunidad para viajar y compartir experiencias con colegas editores de otras ciudades, conocer el mercado editorial alemán y visitar -por primera vez para mí- la Feria del libro de Frankfurt.
Con el grupo de fellows -dieciséis editores de distintos lugares del mundo-, un moderador y una coordinadora de parte de la Feria, la gran Niki Théron, y algunos otros colegas, visitamos editoriales de Colonia, Berlín y Frankfurt y asistimos a eventos y charlas. También cada participante presentó las características de su propio mercado.
A veces es difícil poner en palabras el alcance de este tipo de eventos, -en lo profesional, en lo personal-, porque se trata de esas experiencias únicas y jugosas que siguen resonando mucho tiempo después de sucedidas, en muchos aspectos, a veces casi imperceptiblemente, pero ahí está de fondo, como una semilla buena que se siembra una vez y crece y florece desde entonces.
Acá algunas notas a nivel más personal sobre el viaje.
Y algunas fotos:
Pocas fotos, anduvimos todos más concentrados en los encuentros con editores, admirados y agradecidos por la oportunidad de visitar sus oficinas, de compartir las experiencias, que se ve que nos distrajimos a la hora de atesorar el momento para la posteridad. En cualquier caso, lo llevamos puesto.
Con el grupo de fellows -dieciséis editores de distintos lugares del mundo-, un moderador y una coordinadora de parte de la Feria, la gran Niki Théron, y algunos otros colegas, visitamos editoriales de Colonia, Berlín y Frankfurt y asistimos a eventos y charlas. También cada participante presentó las características de su propio mercado.
A veces es difícil poner en palabras el alcance de este tipo de eventos, -en lo profesional, en lo personal-, porque se trata de esas experiencias únicas y jugosas que siguen resonando mucho tiempo después de sucedidas, en muchos aspectos, a veces casi imperceptiblemente, pero ahí está de fondo, como una semilla buena que se siembra una vez y crece y florece desde entonces.
Acá algunas notas a nivel más personal sobre el viaje.
Y algunas fotos:
Pocas fotos, anduvimos todos más concentrados en los encuentros con editores, admirados y agradecidos por la oportunidad de visitar sus oficinas, de compartir las experiencias, que se ve que nos distrajimos a la hora de atesorar el momento para la posteridad. En cualquier caso, lo llevamos puesto.
viernes, 21 de septiembre de 2012
Reflexión (no tan) al paso II
Es tan pero tan lindo hacer libros. Caben muchas metáforas: se amasan, se cultivan, se navegan, se construyen. Siempre en equipo. Siempre artesanalmente: ingrediente a ingrediente, confiando en el clima, conociendo las mareas, cada cosa en su lugar. Palabra a palabra.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Fan
No pierdo oportunidad de escuchar a Angélica Gorodischer, cada vez que puedo. Siempre es un lujo, siempre se aprende, y por sobre todo, siempre se disfruta.
En esta ocasión, la Boutique del Libro de San Isidro, organizado por Filba.
jueves, 6 de septiembre de 2012
Inauguración Filbita 2012
Un lujazo el evento inaugural de Filbita 2012, en Eterna Cadencia, organizado por Fundación Filba. Grandes escritores recuerdan sus lecturas o momentos lectores de la infancia.
Acá, por ejemplo, el texto que leyó Eduardo Abel Gimenez.
Acá, por ejemplo, el texto que leyó Eduardo Abel Gimenez.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Mar de libros para chicos
Estuve en las XII Jornadas La literatura y la escuela, organizadas en Mar del Plata por Jitanjáfora.
Acompañé a Claudia Degliuomini en un taller sobre ilustración y para el cierre de las jornadas hicimos una función de kamishibai, sobre un cuento de Gustavo Roldán.
Acompañé a Claudia Degliuomini en un taller sobre ilustración y para el cierre de las jornadas hicimos una función de kamishibai, sobre un cuento de Gustavo Roldán.
(Foto de una de las organizadoras de Jitanjáfora). Algunos de los organizadores, participantes y asistentes a las jornadas, al cierre del evento. |
domingo, 19 de agosto de 2012
17 Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura
o El Lugar Donde Hay Que Estar la Tercera Semana de Agosto.
Creo que el Foro del Chaco no necesita mucha presentación. Organizado y sostenido por 17 años por la Fundación Mempo Giardinelli es un gran e impresionante ejemplo de cómo se pueden realizar políticas culturales a largo plazo, profundas, sólidas, sostenidas.
Un intenso encuentro alrededor de los libros y la lectura, con gente increíble como panelistas, con más de mil asistentes, durante cuatro días en la ciudad de Resistencia, es un lujazo que no hay que perderse.
Este año asistí por primera vez. Tuve el honor de ser invitada a dar un taller sobre cómo se hacen los libros y cómo hacer libros artesanales con los chicos, para docentes y bibliotecarios, durante dos mañanas y, además de que me encanta dar estas clases, quedé maravillada con todo el encuentro, la calidad, la organización y el gusto de todo el mundo por participar de las mesas, los talleres, las lecturas, las muestras. ¡Y las cenas y almuerzos para todos los invitados también se disfrutaron a lo grande! (Y encima pasé un cumpleaños único.)
Creo que no me van a alcanzar los gracias para dedicarles a Mempo Giardinelli, Natalia Porta López y todos los organizadores y colaboradores de la fundación.
Acá algunas poquitas fotos:
Creo que el Foro del Chaco no necesita mucha presentación. Organizado y sostenido por 17 años por la Fundación Mempo Giardinelli es un gran e impresionante ejemplo de cómo se pueden realizar políticas culturales a largo plazo, profundas, sólidas, sostenidas.
Un intenso encuentro alrededor de los libros y la lectura, con gente increíble como panelistas, con más de mil asistentes, durante cuatro días en la ciudad de Resistencia, es un lujazo que no hay que perderse.
Este año asistí por primera vez. Tuve el honor de ser invitada a dar un taller sobre cómo se hacen los libros y cómo hacer libros artesanales con los chicos, para docentes y bibliotecarios, durante dos mañanas y, además de que me encanta dar estas clases, quedé maravillada con todo el encuentro, la calidad, la organización y el gusto de todo el mundo por participar de las mesas, los talleres, las lecturas, las muestras. ¡Y las cenas y almuerzos para todos los invitados también se disfrutaron a lo grande! (Y encima pasé un cumpleaños único.)
Creo que no me van a alcanzar los gracias para dedicarles a Mempo Giardinelli, Natalia Porta López y todos los organizadores y colaboradores de la fundación.
Acá algunas poquitas fotos:
Marti Rodríguez Denis por ahí, colaboradora de lujo en el taller. |
Y esta ya en Buenos Aires, en el bar Orsai, con algunos amigos foristas. |
También -no tengo fotos por un problemita técnico- se realizó allí, entre otras, la muestra en la que participé con algunos textos para el Aniversario de Charles Dickens, organizada por el British Council de Argentina.
Y como si fuera poco, en el medio del foro fue mi cumpleaños. Así que me aproveché de la cena de despedida y los nuevos y viejos amigos que estaban por ahí para festejar a lo grande.
martes, 7 de agosto de 2012
Instrucciones para escuchar un cuento
En el ciclo Instrucciones para leer un cuento, moderado por Maximiliano Tomas, que se lleva a cabo en El Ateneo/Grand Splendid no podía perderme el encuentro de tres grandes: Marcelo Cohen, Angélica Gorodischer y Leonardo Oyola. Declarada fan en primera fila.
viernes, 3 de agosto de 2012
Sobre la profesión
“Dependes de cuatro de los cinco sentidos al menos. Has de tener buen ojo, tienes que usar bien la nariz, debes pegar la oreja donde se debe y es imprescindible tener tacto”.
Josep Maria Castellet en El país
Josep Maria Castellet en El país
domingo, 29 de julio de 2012
Reflexión (no tan) al paso
Estoy viendo un documental sobre diseño industrial. Un diseñador dice: "lo que me preocupa hoy es la arbitrariedad y la falta de profundidad de las cosas que están saliendo al mercado (...) Tenemos demasiadas cosas innecesarias por todas partes" y luego habla de las características de un buen diseño y la última que señala es que "debería ser tan poco diseño como sea posible".
Y yo no dejo de pensar que su trabajo es tan parecido a la tarea del editor.
*El documental en cuestión es Objectified, de Gary Hustwit. Muy recomendado.
Y yo no dejo de pensar que su trabajo es tan parecido a la tarea del editor.
*El documental en cuestión es Objectified, de Gary Hustwit. Muy recomendado.
miércoles, 18 de julio de 2012
Encuentro de profesionales de los libros infantiles y juveniles
Se llevó a cabo el Sexto encuentro de profesionales de libros infantiles y juveniles en la 22 Feria del Libro Infantil y Juvenil, de Buenos Aires, los días 16 y 17 de julio de 2012.
Participé de la comisión organizativa y creo que quedamos contentos con los resultados.
En este link de la Fundación El Libro hay material para descargar del encuentro, y aquí en Facebook algunas fotos para mirar.
Participé de la comisión organizativa y creo que quedamos contentos con los resultados.
En este link de la Fundación El Libro hay material para descargar del encuentro, y aquí en Facebook algunas fotos para mirar.
Acá estamos con cara de cansancio y misión cumplida, junto a Violeta Noetinger, editora de Alfaguara y compañera de comisión. |
lunes, 16 de julio de 2012
Escuchar
Eduardo Abel Gimenez y Mario Méndez |
Estuve la noche del 16 de julio, en la entrevista de lujo a Eduardo Abel Gimenez y aquí está la desgrabación.
miércoles, 4 de julio de 2012
Breve panorama del mercado actual...
...de los libros infantiles y juveniles en la Argentina
(Una primera versión de este artículo fue realizada para la Conferencia Editorial, organizada por Opción Libros en septiembre de 2011, y forma parte de un proyecto de investigación más extenso alrededor de la historia de la edición de libros para niños y jóvenes en la Argentina, que surgió a partir de mi estadía en la Internationale Jugendbibliothek de Munich, entre mayo y junio de 2011. Una versión más cercana a esta fue publicada en el n° 99 de la revista española Peonza, de diciembre de 2011).
Li(j)era introducción
En medio de la crisis financiera que viene afectando con mayor o menor intensidad muchos mercados, incluido el editorial, el sector del libro infantil y juvenil en la Argentina parece, por el contrario, encontrarse en un período sostenido de expansión y crecimiento.
Me gustaría abordar esta cuestión a partir de la mirada del trabajo editorial.
Para comenzar, la mejor opción a la hora de analizar un mercado es tomar cifras de ventas, cantidades de títulos publicados año a año, sellos editoriales, información sobre los volúmenes de negocios, hacer estadísticas y proyecciones y observar desde los números las tendencias y el estado de la situación. Pero lamentablemente, en la Argentina (y en general en Latinoamérica), esos datos prácticamente no existen y, cuando existen, no son públicos en su totalidad.
Entonces no queda otra opción que apelar a la experiencia y observación de quienes trabajamos en este campo para plantear un panorama y abrir la posibilidad de reflexión.
Repasemos los datos que sí tenemos a través de la Cámara Argentina del Libro (a dic. de 2011). Según los registros de ISBN encontramos que en 2005 se publicaron 918 de títulos bajo la categoría de libros para niños y jóvenes. En 2008, 1269 títulos y en 2009 (última información disponible en el sitio web de la CAL), 2699.
Desde el CEDEM (Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano) encontramos algunas diferencias, pero con la misma tendencia: en 2007 se registran 1715 títulos, en 2008 baja a 1240 y luego 1592 en 2009 y 3368 en 2010.
Sería muy útil contar con información detallada: porcentaje de los libros para niños dentro del volumen total de producción (se calcula aproximadamente un 18% en unidades y un 13% en títulos), cantidad de sellos especializados o no, colecciones, tipos de libros, tiradas, reimpresiones, traducciones, etc. pero los datos no están clasificados. Y tampoco se consigue mucha información histórica, de años anteriores.
De todas formas, solamente con esta fuerte tendencia en alza de la cantidad de títulos publicados se ve reflejada en una sensación casi vertiginosa de la pasada década acerca del crecimiento del sector. Aunque no haya cifras de ventas se puede suponer que si se imprime cada vez más cantidad de libros es porque hay un mercado disponible y receptor de este material. Pero tal vez lo más llamativo es el crecimiento de editoriales y sellos dedicados a los libros para niños y jóvenes.
Explosión “sellográfica”
Durante los últimos diez años se viene dando un fenómeno bastante notorio de surgimiento de nuevas editoriales. Entonces no solo hay mayor cantidad de títulos editados, hay muchos más sellos editoriales dedicados a los libros para chicos. Y estos pequeños proyectos que publican libros para chicos con exclusividad conviven ¿pacíficamente? con los grandes grupos editoriales que tradicionalmente lideraron el mercado.
Por un lado, tenemos sellos históricos e instalados desde hace tiempo, empresas nacionales como Ediciones de la Flor, Sigmar y Colihue, que cuentan con colecciones infantiles desde hace más de treinta años (Sigmar festejó ya sus setenta años). También hay sellos de las grandes editoriales que forman parte de grandes grupos internacionales, como la ya clásica colección de Alfaguara de literatura infantil y juvenil, las colecciones de Sudamericana (hoy RHM, con sus sellos Primera Sudamericana y Sudamericana Joven), como Pan Flauta o Los caminadores, y Torre de Papel y Zona Libre de Grupo Editorial Norma, a los que además se suman los lanzamientos internacionales (de las casas matrices de estas empresas), como la serie Crepúsculo (Alfaguara), o los libros de los sellos Montena o Beascoa, que vienen de RHM España.
Por otro lado, hay un asombroso creciente número de editoriales pequeñas (muy pequeñas a veces, hasta unipersonales) que se lanzan al mercado con exclusiva dedicación a los libros infantiles. Por nombrar solo algunas: Iamiqué, Libros del Eclipse, Calibroscopio, Comunicarte, Amauta, UnaLuna, Abran Cancha, Pequeño Editor, La Brujita de Papel, Pictus, Libros del náufrago, RiderChail, Hola Chicos, Del naranjo, La Bohemia, Lúdico, Arte a babor, infantil.com, Letra impresa... y se siguen sumando casi mes a mes. Ninguna de estos proyectos existía en el año 2000.
Y también llegaron a la Argentina casas editoriales que ya estaban instaladas en España o en países de Latinoamérica y que hasta entonces solo contaban con distribución, no del todo fluida, y ahora incluso editan colecciones localmente y se ubican como referentes para premios, autores, etc. Pienso en SM, en Edelvives, y otras que aún no editan localmente, como Océano o Fondo de Cultura, pero que cada vez van logrando mayor posicionamiento en ferias, librerías, actividades y eventos, y sumando autores argentinos a sus colecciones. Y, además, por último, se incorporan editoriales que se dedicaban solo a líneas de adultos, y que incluyen planes de libros infantiles y se posicionaron en el medio, como El gato de hojalata, de Guadal, Pípala, el sello infantil de Adriana Hidalgo, o Uranito, el sello infantil de Urano, por nombrar algunas.
Los caminos de los libros
Con esta proliferación de títulos de libros dedicados a niños y jóvenes se reflejan al menos dos aspectos que crecen al ritmo. Por un lado, el sector de ventas en los locales. Las librerías tienen que hacer lugar para albergar estos libros, pero no solo de agregar mesas se trata: cada vez más son las librerías que cuentan con rincón infantil y mesas o sectores juveniles. De a poco, estos libros ganan su espacio especializado y acompañado de actividades de promoción de la lectura. Cada vez más, aunque falta -siempre- mucho camino por recorrer, los libreros reconocen que requieren un tratamiento especial para recomendar y acompañar las ventas de libros infantiles.
El otro aspecto que crece, entre tanta oferta, es el de la selección y recomendación: hace unos años, Imaginaria era pionera en publicaciones virtuales en español sobre el tema. Hoy en día, blogs, facebook y twitter permiten un amplio acceso a las reseñas y recomendaciones “de boca en boca”. Y es que de alguna forma hay que elegir entre tantos títulos destacados. Publicaciones en papel, como Etruria o Cultura LIJ también aparecieron en los últimos años.
Por otro lado, un reclamo constante de parte del sector es lo poco permeable que es la crítica de suplementos de diarios y revistas, de literatura o de libros en general, para incorporar a los lanzamientos infantiles y juveniles dentro de sus noticias y reseñas. Salvo excepciones y ocasiones (feria del libro, Navidad, día del niño) es difícil encontrar artículos que propongan lecturas dentro de los suplementos y secciones de cultura. Y, si se encuentran, es difícil que alcancen la calidad de crítica que se les dedica a otro tipo de libros. La crítica especializada se reserva a ámbitos más exclusivos y las publicaciones masivas no pasan de breves reseñas o recomendaciones por edades.
De la mano de esto es necesario nombrar también las capacitaciones disponibles. Hace diez años no era fácil encontrar cursos, talleres, jornadas, al menos no como hay hoy que la agenda abunda en encuentros, congresos y eventos de capacitación y reflexión, tanto sobre literatura en sí, ilustración, promoción de la lectura dedicados a distintos sectores, como autores, diseñadores, bibliotecarios y docentes, pero también espacios de formación para libreros, editores, promotores. Incluso hay varios talleres literarios dedicados especialmente a la escritura para niños.
Mientras tanto, también se han afianzado instituciones relacionadas con los libros infantiles. Y hay gran cantidad de concursos, de distinta envergadura, para autores de habla hispana, aunque aún hay pocos reconocimientos a libros publicados, con lo que se puede suponer que se trata de tentar o descubrir autores y prestigiar sellos y colecciones más que de reconocer la profesionalización del sector editorial.
Crecimiento ¿desmedido?
Ahora bien, ¿en qué momento pasamos de hablar de oferta a hablar de sobreoferta?
Y por supuesto que no tengo una respuesta para esto, solo dejar planteado el tema, en el mejor de los casos como un llamado de atención sobre nuestro trabajo editorial. Como todos sabemos, en nuestro ámbito, salvo algunos casos y algunas editoriales que realizan políticas de exclusividad con ciertos autores, los autores se comparten (contratan su obra y publican con diferentes editoriales a la vez). Entonces, cabe preguntarse en medio de esta proliferación de sellos y colecciones, cuáles son las que verdaderamente plantean una nueva línea, o al menos una línea diferenciada del resto, posicionándose con alguna particularidad en el mercado y cuáles son las que buscan repetir fórmulas, con más o menos éxito.
Abrir la puerta a nuevos interrogantes
A pesar de esta oleada de novedades en el mercado argentino, hay un tema que se mantiene sin demasiados cambios: siguen predominando los autores locales. Pocas traducciones y pocos autores del resto de Latinoamérica y de España (salvo, como ya nombramos, las importaciones dentro de los grandes grupos).
Por otro lado, el área de los libros infantiles no es impermeable a las preguntas de rigor de estas épocas: ¿qué pasa con el futuro del libro y de los lectores? ¿De qué manera los nuevos dispositivos de lectura modificarán los hábitos y el mercado?
La mayoría de edad
Creo que este floreciente panorama, dentro de todo, del mundo de los libros para niños y jóvenes en la Argentina nos permite ubicarnos en un lugar de mayoría de edad. Ya no es necesario discutir si existe una literatura para niños, si la literatura debe enseñar, etc. como se discutía en los incipientes congresos de hace quince, diez años o no tan atrás en el tiempo. Nos permite madurar como campo y apuntar a una proyección local e internacional (que falta y cómo). Nos permite también cuestionarnos asuntos de otra índole, como ya nombré algunos, acerca de la (¿tal vez?) excesiva cantidad de títulos demasiado parecidos, de la homogeneización de algunos modelos y de la repetición de fórmulas, cuáles son las herramientas que las editoriales, los especialistas, los libreros ofrecen o tienen para navegar en este mar superpoblado de obras. En cualquier caso, es bueno poder hacerse estas preguntas para ir afinando la puntería, desde el trabajo de todos los actores: autores, editores, libreros, maestros y bibliotecarios, especialistas, críticos.
Creo que los tiempos de abundancia tienen que servir para aprender a seleccionar mejor, a distinguir y decantar entre lo que va a perdurar en el tiempo, lo que queremos que perdure en el tiempo y lo que son modas pasajeras y nada más. Aunque muchas veces sean un buen negocio en términos comerciales, claro.
Creo que nuestro trabajo es uno de los lugares privilegiados para pensar en estos temas relacionados con la circulación de los libros para chicos, la promoción de la lectura, el lugar de la infancia. El mercado muchas veces tiene unas leyes, pero este es un espacio en donde nos podemos permitir reflexionar en términos de campo, de área, no solo porque permite abarcar otras cuestiones, si no porque, al menos para mí, es imposible pensar en este negocio de los libros para chicos sin pensar en la importancia -por encima de todo, de cualquier otra cosa- de la formación de lectores críticos, de los lectores que somos y de los lectores que queremos que se sumen.
(Una primera versión de este artículo fue realizada para la Conferencia Editorial, organizada por Opción Libros en septiembre de 2011, y forma parte de un proyecto de investigación más extenso alrededor de la historia de la edición de libros para niños y jóvenes en la Argentina, que surgió a partir de mi estadía en la Internationale Jugendbibliothek de Munich, entre mayo y junio de 2011. Una versión más cercana a esta fue publicada en el n° 99 de la revista española Peonza, de diciembre de 2011).
Li(j)era introducción
En medio de la crisis financiera que viene afectando con mayor o menor intensidad muchos mercados, incluido el editorial, el sector del libro infantil y juvenil en la Argentina parece, por el contrario, encontrarse en un período sostenido de expansión y crecimiento.
Me gustaría abordar esta cuestión a partir de la mirada del trabajo editorial.
Para comenzar, la mejor opción a la hora de analizar un mercado es tomar cifras de ventas, cantidades de títulos publicados año a año, sellos editoriales, información sobre los volúmenes de negocios, hacer estadísticas y proyecciones y observar desde los números las tendencias y el estado de la situación. Pero lamentablemente, en la Argentina (y en general en Latinoamérica), esos datos prácticamente no existen y, cuando existen, no son públicos en su totalidad.
Entonces no queda otra opción que apelar a la experiencia y observación de quienes trabajamos en este campo para plantear un panorama y abrir la posibilidad de reflexión.
Repasemos los datos que sí tenemos a través de la Cámara Argentina del Libro (a dic. de 2011). Según los registros de ISBN encontramos que en 2005 se publicaron 918 de títulos bajo la categoría de libros para niños y jóvenes. En 2008, 1269 títulos y en 2009 (última información disponible en el sitio web de la CAL), 2699.
Desde el CEDEM (Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano) encontramos algunas diferencias, pero con la misma tendencia: en 2007 se registran 1715 títulos, en 2008 baja a 1240 y luego 1592 en 2009 y 3368 en 2010.
Sería muy útil contar con información detallada: porcentaje de los libros para niños dentro del volumen total de producción (se calcula aproximadamente un 18% en unidades y un 13% en títulos), cantidad de sellos especializados o no, colecciones, tipos de libros, tiradas, reimpresiones, traducciones, etc. pero los datos no están clasificados. Y tampoco se consigue mucha información histórica, de años anteriores.
De todas formas, solamente con esta fuerte tendencia en alza de la cantidad de títulos publicados se ve reflejada en una sensación casi vertiginosa de la pasada década acerca del crecimiento del sector. Aunque no haya cifras de ventas se puede suponer que si se imprime cada vez más cantidad de libros es porque hay un mercado disponible y receptor de este material. Pero tal vez lo más llamativo es el crecimiento de editoriales y sellos dedicados a los libros para niños y jóvenes.
Explosión “sellográfica”
Durante los últimos diez años se viene dando un fenómeno bastante notorio de surgimiento de nuevas editoriales. Entonces no solo hay mayor cantidad de títulos editados, hay muchos más sellos editoriales dedicados a los libros para chicos. Y estos pequeños proyectos que publican libros para chicos con exclusividad conviven ¿pacíficamente? con los grandes grupos editoriales que tradicionalmente lideraron el mercado.
Por un lado, tenemos sellos históricos e instalados desde hace tiempo, empresas nacionales como Ediciones de la Flor, Sigmar y Colihue, que cuentan con colecciones infantiles desde hace más de treinta años (Sigmar festejó ya sus setenta años). También hay sellos de las grandes editoriales que forman parte de grandes grupos internacionales, como la ya clásica colección de Alfaguara de literatura infantil y juvenil, las colecciones de Sudamericana (hoy RHM, con sus sellos Primera Sudamericana y Sudamericana Joven), como Pan Flauta o Los caminadores, y Torre de Papel y Zona Libre de Grupo Editorial Norma, a los que además se suman los lanzamientos internacionales (de las casas matrices de estas empresas), como la serie Crepúsculo (Alfaguara), o los libros de los sellos Montena o Beascoa, que vienen de RHM España.
Por otro lado, hay un asombroso creciente número de editoriales pequeñas (muy pequeñas a veces, hasta unipersonales) que se lanzan al mercado con exclusiva dedicación a los libros infantiles. Por nombrar solo algunas: Iamiqué, Libros del Eclipse, Calibroscopio, Comunicarte, Amauta, UnaLuna, Abran Cancha, Pequeño Editor, La Brujita de Papel, Pictus, Libros del náufrago, RiderChail, Hola Chicos, Del naranjo, La Bohemia, Lúdico, Arte a babor, infantil.com, Letra impresa... y se siguen sumando casi mes a mes. Ninguna de estos proyectos existía en el año 2000.
Y también llegaron a la Argentina casas editoriales que ya estaban instaladas en España o en países de Latinoamérica y que hasta entonces solo contaban con distribución, no del todo fluida, y ahora incluso editan colecciones localmente y se ubican como referentes para premios, autores, etc. Pienso en SM, en Edelvives, y otras que aún no editan localmente, como Océano o Fondo de Cultura, pero que cada vez van logrando mayor posicionamiento en ferias, librerías, actividades y eventos, y sumando autores argentinos a sus colecciones. Y, además, por último, se incorporan editoriales que se dedicaban solo a líneas de adultos, y que incluyen planes de libros infantiles y se posicionaron en el medio, como El gato de hojalata, de Guadal, Pípala, el sello infantil de Adriana Hidalgo, o Uranito, el sello infantil de Urano, por nombrar algunas.
Los caminos de los libros
Con esta proliferación de títulos de libros dedicados a niños y jóvenes se reflejan al menos dos aspectos que crecen al ritmo. Por un lado, el sector de ventas en los locales. Las librerías tienen que hacer lugar para albergar estos libros, pero no solo de agregar mesas se trata: cada vez más son las librerías que cuentan con rincón infantil y mesas o sectores juveniles. De a poco, estos libros ganan su espacio especializado y acompañado de actividades de promoción de la lectura. Cada vez más, aunque falta -siempre- mucho camino por recorrer, los libreros reconocen que requieren un tratamiento especial para recomendar y acompañar las ventas de libros infantiles.
El otro aspecto que crece, entre tanta oferta, es el de la selección y recomendación: hace unos años, Imaginaria era pionera en publicaciones virtuales en español sobre el tema. Hoy en día, blogs, facebook y twitter permiten un amplio acceso a las reseñas y recomendaciones “de boca en boca”. Y es que de alguna forma hay que elegir entre tantos títulos destacados. Publicaciones en papel, como Etruria o Cultura LIJ también aparecieron en los últimos años.
Por otro lado, un reclamo constante de parte del sector es lo poco permeable que es la crítica de suplementos de diarios y revistas, de literatura o de libros en general, para incorporar a los lanzamientos infantiles y juveniles dentro de sus noticias y reseñas. Salvo excepciones y ocasiones (feria del libro, Navidad, día del niño) es difícil encontrar artículos que propongan lecturas dentro de los suplementos y secciones de cultura. Y, si se encuentran, es difícil que alcancen la calidad de crítica que se les dedica a otro tipo de libros. La crítica especializada se reserva a ámbitos más exclusivos y las publicaciones masivas no pasan de breves reseñas o recomendaciones por edades.
De la mano de esto es necesario nombrar también las capacitaciones disponibles. Hace diez años no era fácil encontrar cursos, talleres, jornadas, al menos no como hay hoy que la agenda abunda en encuentros, congresos y eventos de capacitación y reflexión, tanto sobre literatura en sí, ilustración, promoción de la lectura dedicados a distintos sectores, como autores, diseñadores, bibliotecarios y docentes, pero también espacios de formación para libreros, editores, promotores. Incluso hay varios talleres literarios dedicados especialmente a la escritura para niños.
Mientras tanto, también se han afianzado instituciones relacionadas con los libros infantiles. Y hay gran cantidad de concursos, de distinta envergadura, para autores de habla hispana, aunque aún hay pocos reconocimientos a libros publicados, con lo que se puede suponer que se trata de tentar o descubrir autores y prestigiar sellos y colecciones más que de reconocer la profesionalización del sector editorial.
Crecimiento ¿desmedido?
Ahora bien, ¿en qué momento pasamos de hablar de oferta a hablar de sobreoferta?
Y por supuesto que no tengo una respuesta para esto, solo dejar planteado el tema, en el mejor de los casos como un llamado de atención sobre nuestro trabajo editorial. Como todos sabemos, en nuestro ámbito, salvo algunos casos y algunas editoriales que realizan políticas de exclusividad con ciertos autores, los autores se comparten (contratan su obra y publican con diferentes editoriales a la vez). Entonces, cabe preguntarse en medio de esta proliferación de sellos y colecciones, cuáles son las que verdaderamente plantean una nueva línea, o al menos una línea diferenciada del resto, posicionándose con alguna particularidad en el mercado y cuáles son las que buscan repetir fórmulas, con más o menos éxito.
Abrir la puerta a nuevos interrogantes
A pesar de esta oleada de novedades en el mercado argentino, hay un tema que se mantiene sin demasiados cambios: siguen predominando los autores locales. Pocas traducciones y pocos autores del resto de Latinoamérica y de España (salvo, como ya nombramos, las importaciones dentro de los grandes grupos).
Por otro lado, el área de los libros infantiles no es impermeable a las preguntas de rigor de estas épocas: ¿qué pasa con el futuro del libro y de los lectores? ¿De qué manera los nuevos dispositivos de lectura modificarán los hábitos y el mercado?
La mayoría de edad
Creo que este floreciente panorama, dentro de todo, del mundo de los libros para niños y jóvenes en la Argentina nos permite ubicarnos en un lugar de mayoría de edad. Ya no es necesario discutir si existe una literatura para niños, si la literatura debe enseñar, etc. como se discutía en los incipientes congresos de hace quince, diez años o no tan atrás en el tiempo. Nos permite madurar como campo y apuntar a una proyección local e internacional (que falta y cómo). Nos permite también cuestionarnos asuntos de otra índole, como ya nombré algunos, acerca de la (¿tal vez?) excesiva cantidad de títulos demasiado parecidos, de la homogeneización de algunos modelos y de la repetición de fórmulas, cuáles son las herramientas que las editoriales, los especialistas, los libreros ofrecen o tienen para navegar en este mar superpoblado de obras. En cualquier caso, es bueno poder hacerse estas preguntas para ir afinando la puntería, desde el trabajo de todos los actores: autores, editores, libreros, maestros y bibliotecarios, especialistas, críticos.
Creo que los tiempos de abundancia tienen que servir para aprender a seleccionar mejor, a distinguir y decantar entre lo que va a perdurar en el tiempo, lo que queremos que perdure en el tiempo y lo que son modas pasajeras y nada más. Aunque muchas veces sean un buen negocio en términos comerciales, claro.
Creo que nuestro trabajo es uno de los lugares privilegiados para pensar en estos temas relacionados con la circulación de los libros para chicos, la promoción de la lectura, el lugar de la infancia. El mercado muchas veces tiene unas leyes, pero este es un espacio en donde nos podemos permitir reflexionar en términos de campo, de área, no solo porque permite abarcar otras cuestiones, si no porque, al menos para mí, es imposible pensar en este negocio de los libros para chicos sin pensar en la importancia -por encima de todo, de cualquier otra cosa- de la formación de lectores críticos, de los lectores que somos y de los lectores que queremos que se sumen.
martes, 5 de junio de 2012
Mesa sobre edición de libros infantiles y juveniles
Participé en una mesa sobre edición de libros infantiles y juveniles en el marco de estas Jornadas internacionales de literatura infantil y juvenil, en la Biblioteca Nacional, el lunes 4 junio. La mesa estuvo coordinada por Lidia Blanco.
Nos había mandado a todas las participantes (sí, todas mujeres, como somos mayoría en el mundo de la lij aparentemente) una serie de preguntas y la idea era que cada una fuera respondiendo desde su experiencia. Fue un intercambio muy interesante, pero enseguida se acabó el tiempo y Lidia nos sorprendió con una última pregunta fuera de la lista original: ¿qué podíamos decir que destacábamos en nuestra experiencia profesional, algo para señalar que hubiéramos aprendido en nuestro tiempo de trabajo? algo así. Estaba primera en la ronda para responder y hablé, improvisada y torpemente, del valor de la subjetividad en nuestro trabajo. Prometo ahondar en el tema en alguna entrada futura.
Nos había mandado a todas las participantes (sí, todas mujeres, como somos mayoría en el mundo de la lij aparentemente) una serie de preguntas y la idea era que cada una fuera respondiendo desde su experiencia. Fue un intercambio muy interesante, pero enseguida se acabó el tiempo y Lidia nos sorprendió con una última pregunta fuera de la lista original: ¿qué podíamos decir que destacábamos en nuestra experiencia profesional, algo para señalar que hubiéramos aprendido en nuestro tiempo de trabajo? algo así. Estaba primera en la ronda para responder y hablé, improvisada y torpemente, del valor de la subjetividad en nuestro trabajo. Prometo ahondar en el tema en alguna entrada futura.
martes, 15 de mayo de 2012
Visita de Daniel Pennac a Buenos Aires
Daniel Pennac estuvo en Buenos Aires durante unos poquitos días. Tuvo varias actividades. Fui a escucharlo a una charla en la Feria del Libro y a otra en el Malba. Aquí también una entrevista de La Nación.
Y estos son mis humildes apuntes durante la entrevista pública del Malba.
No es textual, pero más o menos, tengan en cuenta que hay de por medio, entre lo que él dice y lo que aparece acá, la traducción simultánea (porque no entiendo una palabra de francés) y mi letra pésima en la libretita. Van:
"Los chicos y los adultos tenemos diferente percepción del tiempo. Eso un adulto tiene que saber manejarlo, es casi la primera lección para un docente. Una hora de gramática para el docente es una breve hora en su larga vida. Una hora de gramática para un chico es una larga hora en su corta vida."
"Yo escribo porque leí. Otros autores llegan a escribir por su experiencia de vida. Yo soy un escritor nacido de la lectura, de los libros que leí."
La entrevistadora le pregunta por su experiencia docente como fuente de inspiración para escribir. Pennac contesta algo así: "La experiencia docente que da más ganas de escribir es la pila de trabajos por corregir. Con tal de no corregir, uno se sienta y escribe y escribe y escribe. Después leés lo que escribiste y te parece que no va a interesarle a nadie, entonces te ponés a corregir con mucho gusto."
Sigue hablando de la escuela, de lo que le dio la escuela: "Ser profesor es muy bueno para un escritor porque la clase es la vida real. Aún hoy cuando entro a un aula siento que estoy entrando a la vida real."
"Creo que hay que tener una relación lúdica con la transmisión del saber."
Sobre la madurez o seguir siendo un niño, algo así, contesta: "yo mantengo ciertas cuestiones a distancia, como la angustia, con una actitud lúdica".
En algún momento vino mi pregunta, en relación a la experiencia de escribir para niños, especialmente sobre Kamo y Señores niños. Y me contestó algo sobre la idea original de Kamo, pero después se puso a hablar de literatura infantil directamente.
Dice: "Los libros para chicos son aquellos que los adultos mueren por leer, que se los roban, que los adultos leen con delicia". Pone a Dahl de ejemplo.
Después, posta, nos contó Pulgarcito. De pie, actuaba. In-cre-í-ble. Diciendo que con esas historias hacíamos dormir a nuestros niños.
Explica después: "los temas son los mismos para adultos como para chicos. No cambian los temas: el amor, la muerte, el miedo... lo que cambia es la gramática, la forma de ordenar las oraciones cuando es un libro para chicos, el tono tal vez -acá era un poco difícil seguir a la traductora (o bueno, a la traductora seguirlo a él) y remata-: es un ejercicio intelectual delicioso".
Del día anterior alguien me recuerda una frase sobre el deseo y la necesidad, que estuvo genial, pero en esta ocasión no fue para ese lado. De la charla en la feria, solo tomé este apunte:
"Dos placeres de la palabra: comunicar y disimular."
Y la primera pregunta abierta en el Malba la hizo un nene. Le preguntó por el libro La mirada del lobo y el contó cómo se le había ocurrido viendo a un lobo "viudo" en el zoo por donde pasaba todos los días. Y también actuaba un poco de lobo, yendo y viniendo por el escenario como el lobo en su jaula. Emoción pura contando cómo pensaba en el duelo del lobo y la necesidad de contar sobre eso.
(¿Cambia con esto el tono de este blog definitivamente? Quién sabe. En cualquier caso, en este blog se recomienda leer a Pennac. Siempre.)
miércoles, 18 de abril de 2012
Cómo se piensa un catálogo de libros infantiles
Organizado por Filba, moderado por Larisa Chausovsky, participé junto a Ruth Kaufman y Violeta Noetinger de la charla "Cómo se piensa un catálogo de libros infantiles" en Eterna Cadencia.
Aquí algunos fragmentos del encuentro por La fábrica de cuentos.
Muy interesante charla entre colegas en la mesa y varios otros colegas y especialistas asistentes.
Aquí algunos fragmentos del encuentro por La fábrica de cuentos.
Muy interesante charla entre colegas en la mesa y varios otros colegas y especialistas asistentes.
viernes, 30 de marzo de 2012
Jornadas académicas de edición
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la carrera de Edición de la Universidad de Buenos Aires organizó estas Jornadas académicas de edición.
Ahí estuve hablando del mercado de los libros infantiles y juveniles.
Ahí estuve hablando del mercado de los libros infantiles y juveniles.
jueves, 29 de marzo de 2012
La feria de los grandes
(Breve reflexión -tal vez demasiado personal y muy llena de paréntesis y parentéticas- de mi visita a la Feria del libro de Bolonia.)
Me tocó ir por segunda vez a la Feria de libros infantiles de Bolonia. La primera, el año pasado, en el marco de mi visita a la Internationale Jugenbibliothek (sobre lo que todavía debo relato de la experiencia).
(Esta es una de las pocas fotos que sobrevivió, un patio entre pabellones. Mi cámara sufrió algún tipo de colapso nostálgico y se tildó un día, a mitad del viaje, y casi todos los archivos jpg que bajé dan error.)
En la web, hay varias noticias en español sobre la experiencia de la feria. Ana Garralón preparó este año un muy interesante apunte de consejos para ilustradores, y el año pasado un comentario sobre su visita. (Los dos se encuentran en su página anatarambana.)
Por mi parte, primero, repito lo que ya he dicho en otras ocasiones: tengo una especial debilidad por las ferias. Sé que en general todo el mundo se estresa, se agota, se satura. Y es cierto, todo eso también me pasa. Pero a la vez las ferias -y esta en particular que es la más específica del asunto- me provoca una especie de cosquilleo interior, de entusiasmo desmedido sobre el mundo de los libros. Y es que ver a toda esa gente, todos profesionales de diferentes rubros pero trabajando alrededor del libro infantil y juvenil, todos los proyectos -los publicados y los inéditos-, el intercambio de ideas, la cantidad de lenguas, de estilos, las muestras, los eventos hablan de un mundo vivo, de mucha gente ocupada en que siga habiendo libros y por lo tanto lectores. Y eso siempre me resulta un pensamiento amable.
Por otro lado, confieso que la parte de abrumarse es mayúscula también. Da la sensación de que es un mundo inabarcable. De que si uno está en un lugar, se está perdiendo veinte cosas en otro. Pero, ¿no es siempre en realidad así la vida? Al principio, o por momentos, cuesta amigarse con esa idea. Pero si uno la deja fluir y aprovecha lo que hay a la mano, siempre es enriquecedor, por supuesto. Supongo que esta idea sirve para la vida en general, claro.
Otra cosa que me pasó esta feria -y ya lo dice el saber popular: "uno encuentra lo que busca", y Abelardo Castillo con mucha elegancia- es que en un punto me sentí desolada porque me parecía todo igual, todo repetido, todo ya conocido. Un estilo de ilustración de moda, la misma paleta de color en todos lados, ningún libro original, ninguna historia que me llamara la atención, nada que no hubiera visto más o menos antes, o en otro stand más allá al menos. Entonces me acordé de algo que aprendí hace un tiempo (y que hasta ahora creo que no había puesto muy en práctica) de una amiga ilustradora: "look again". (Ella no lo dijo con esas palabras, y ni siquiera debe haber notado que me lo enseñó, pero el mensaje era ese.) Y volví a recorrer la feria mirando de vuelta, mirando mejor, tratando de ver no lo que ya sabía que había si no lo que no conocía de antemano. Y fue una experiencia por demás interesante, me acerqué a cosas nuevas, amplié un poco mi marco*. (Y sí, también supongo que esta idea sirve para la vida en general.)
Por último, apelando a otra cita que me es querida -"La muchedumbre es como un bosque; le pone a uno en su lugar, le reencaja." de Miguel de Unamuno, en Niebla-, tanto el año pasado como este la feria me despierta algunos sentimientos encontrados con respecto al lugar de la literatura argentina -y también latinoamericana- con respecto del resto del mundo. (Me cuesta un poco poner en palabras esta idea, pero intentaré.) Si bien la feria es claramente un lugar para hacer negocios, y es cierto que los ya poderosos son los que mandan en los negocios, es notorio cómo hay países y regiones, en donde distintas empresas o instituciones se juntan para dar a conocer su capital simbólico -y a la vez promover los negocios, por supuesto- y es notoria la falta de coordinación -por llamarlo de alguna forma-, la pérdida de la ocasión, también podría decirse, de Argentina, por lo menos, por ser el ejemplo que más conozco. Se hacen esfuerzos y se participa, pero es mucho más -y por no tanto más esfuerzo y/o dinero- lo que se podría hacer, lo que habría que hacer. Sé que hay comisiones y gente interesada en avanzar con esto y ojalá que suceda pronto, que el año que viene sean más visibles, en ese mar inmenso de libros, todos los buenos libros, editores y autores locales. Y lo digo -yo que suelo ser en muchos sentidos una negada al patriotismo, y mucho más al patriotismo literario (que creo que hay que leer cosas de todo el mundo y que entiendo la lengua literaria en todo caso como la voz particular de cada autor, y eso me importa mucho más que la nacionalidad y la bandera)- con la convicción de que hay obras increíbles que dar a conocer desde este rincón del mundo. Y justamente tal vez porque a mí me gusta conocer, leer y disfrutar autores de cualquier nacionalidad, creo que hay muchos libros valiosos que por estas condiciones -o falta de condiciones más bien- se pierden oportunidades de ser leídos en otros puntos del planeta. Son muchas las variables en juego para esto, claro, pero es cuestión de ponerse en marcha, en muchos sentidos también. Y en un sentido más indirecto tal vez, que es el de abrir el juego: incorporar autores de otros lados a nuestros catálogos, hacer circular las voces, cuidar las traducciones, aceptar y reconocer otras formas de uso de la lengua, de contar historias, y entonces también ofrecer las que tenemos a mano para que circulen más allá de lo local. Cada buen libro que circule para acá o para allá tiene que ser una bandera en sí, para el territorio de los lectores que somos y que queremos que sean los chicos. Entiendo que está abierta la puerta para esto, ojalá la vayamos cruzando.
*Vale una aclaración sobre esto, por una conversación que seguimos en Twitter con Germán Machado, hablo de lo conocido y lo repetido y son dos conceptos diferentes. Hay un montón de cosas repetidas, y otras que no son repetidas pero que yo ya conocía. Sellos que tienen su propia línea, muy distiguible del resto, pero que para mí no eran nuevos, y sí me pasó que esta vez veía todos sus libros iguales entre sí. Demasiado iguales en algunos casos. Entonces el desafío era ver más allá de estas cosas o que ya conocía o que me eran repetidas a lo de siempre y buscar si había algo nuevo para mí al menos.
Y una posdata: una cosa buena que tiene esta feria -y supongo que todas- es que permite el negocio y el encuentro a muchas escalas. Y eso es valioso y destacable. Lo quiero aclarar, porque hablé de los negocios de las/los "grandes", pero es muy notorio como se da la posibilidad de reunión y acercamiento desde editores de proyectos pequeños, escritores e ilustradores con cosas nuevas, que nunca han mostrado nada incluso, a las reuniones de las grandes ligas, gigantes editores, licencias millonarias. Todo tiene lugar bajo el mismo techo y hay lugar para todo.
lunes, 27 de febrero de 2012
María Teresa Andruetto responde las 15 preguntas
1. ¿Qué respondés cuando te preguntan “a qué te dedicás”?
Desde hace unos años, escritora.
2. ¿Cómo llegaste a los libros para chicos y jóvenes y por qué te quedaste?
Aunque todavía no había publicado una línea, hacía mucho que escribía (novelas, cuentos, libros de poemas). Corrían los años ochenta, Editorial Colihue convocó a un concurso de cuentos y para ese concurso escribí (como si fuera para grandes, aunque después reajusté un poco el lenguaje pensando en el posible destinatario) un episodio que había sucedido en mi pueblo cuando era chica, un episodio popular que siempre me pareció un poco insólito. Lo mandé a concurso con el título “Dale Campeón”, obtuvo una mención y fue incluido en una antología (8 cuentos 8, Libros del Malabarista), es el mismo cuento que, con algunos ajustes, editó no hace mucho Calibroscopio con ilustraciones de Nicolás Arispe bajo el titulo Campeón.
3. ¿Cuál es tu primer recuerdo de un libro?
No sé cual es más antiguo si a) Yo muy chica, mucho antes de ir al colegio, sentada en el suelo, con mi mamá, en la cocina de mi casa, preguntándole por las letras de un libro de lectura de aquel tiempo llamado Yo aprendí a leer con UPA. b) mi hermana y yo muy chicas, más que chicas, en una misma cama las dos, con una eruptiva las dos, rayando con un lápiz rojo un libro de francés de mi mamá.
4. ¿Qué estás leyendo ahora?
Siempre muchas cosas casi al mismo tiempo. Ayer leí La muerte de Dios, el último libro de cuentos de Liliana Heker, que me encantó. Hoy Poesía en la escuela, una revista libro que me mandó la poeta Valeria Cervero, con poemas de chicos y reflexiones de poetas y un pequeño libro de Mirta Colángelo (Mensajes en botellas, Vox, Bahía Blanca, 2011) sobre experiencias creativas con chicos, anteayer terminé Vacío y plenitud (Francois Cheng, editorial Siruela), un libro bellísimo sobre pintura china, casi diría sobre poesía.
5. ¿Cómo y dónde trabajás un proyecto?
Siempre en casa, en mi computadora, en mi escritorio. Sobre todo en verano, mejor si en medio de cierta rutina. Tengo mucha tendencia a distraerme con otros proyectos, otras escrituras aledañas, las ramas de los proyectos mayores de escritura (una novela, un libro de poemas, un libro de cuentos), que a la vez me atraen y me asustan.
6. ¿Qué detestás de los libros para chicos y por qué?
De ciertos libros para chicos como de ciertos libros para grandes, la falta de profundidad, la falta de sutileza, la falta de sugerencia, la falta de ambigüedad…
7. ¿Cuál es tu lugar y momento favorito para leer?
A diferencia de escribir, puedo leer en cualquier parte. En casa, por supuesto, pero también en casa de otros, en viaje, en un ómnibus urbano, uno de larga distancia o un avión…
8. ¿Tenés algún sueño recurrente para compartir?
Recuerdo muchas veces los sueños, algunos son frondosos, me han dado en alguna ocasión alguna idea, pero la materia de mi escritura es el mundo que llamamos real. Las personas de este mundo sobre todo, lo extraordinario de cada uno de nosotros, lo extraordinario de las vidas comunes.
9. ¿Qué superpoder te gustaría tener y cómo lo usarías?
No me atrae lo de los superpoderes, tampoco sé si sabría usarlos, no se me ocurre para qué. Para evitar la muerte, tal vez, pero quién sabe cómo sería la vida sin la muerte…
10. ¿Algún/algunos libro/s de tu biblioteca ideal para recomendar?
Muchos, distintos cada vez. A los que mencioné que acababa de leer, los recomendaría hoy, que acabo de leerlos. Siempre ha sido así, hay tantos libros que me gustan, que me gustaron a lo largo de la vida. También algunos que nunca se van: los libros de Pavese, Eisejuaz de Sara Gallardo, Edipo rey de Sófocles, la poesía de Eugenio Montale, Las dulzuras del hogar de Flannery O Connors, Tres golpes de timbal de Daniel Moyano, Ficciones de Borges, los cuentos de Onetti, la poesía de Circe Maia, Retrato de grupo con señora de Heinrich Boll, Los anillos de Saturno de Sebald, Moderato Cantabile o la serie de Lol Stein de Marguerite Duras, Pedro Paramo de Juan Rulfo, los cuentos de Amalia Jamilis, Cuentos de invierno de Isak Dinesen, La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield, El mono gramático de Octavio Paz o Diario de una buena vecina de Doris Lessing, entre tantos otros.
11. Una preocupación actual.
Siempre tengo preocupaciones sociales. Mis preocupaciones personales, que siempre las hay, en este momento no son acuciantes.
12. Un logro del que estés orgullosa.
Varios, de orden y dimensión muy diversa. Haberme sentido parte de ciertos procesos sociales, haber criado a mis hijas, haber podido resolver carencias económicas a fuerza de trabajo, haber podido organizar mi vida de modo de sostener la escritura, haber construido una pareja después de haberme destruido en otra, haber dejado de fumar..., haber conservado amigas de todas esas etapas de mi vida, tan dispares en fortuna e infortunios!
13. ¿Cuál era tu libro favorito cuando eras chica?
Depende de la edad. En la infancia, antes de empezar a leer en un sentido literario (esto empezó a suceder hacia los 12 o 13 años): Corazón, La isla del tesoro, Vida de San Francisco de Asís, La cabaña de Tío Tom, Las aventuras de Tom Sawyer, El Jardinero de Tagore, Leyendas argentinas, El nido de cóndores de Olegario Andrade, Recuerdos de provincia, cosas así, tan diversas como insólitas.
14. Una recomendación para quien se quiere dedicar a lo mismo que vos.
Lecturas, mucha atención, un poco de disciplina.
15. Algo que te dé alegría inmediata.
Los logros de mis hijas.
Se puede visitar aquí su página web.
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