martes, 26 de enero de 2010

Algunos comentarios sobre el arte de escribir contratapas

Escribir la contratapa de un libro es una de las tareas del editor (aunque en algunos casos la contratapa la hace el autor, como lo demuestran estos artículos en inglés de Marilynn Byerly y de Terry Whalin, con consejos para autores sobre el tema). Y no es una tarea menor del trabajo editorial. Ya hablaremos otro día acerca de las portadas y títulos de los libros, que junto con las contratapas son el terreno de lucha muchas veces entre autores, editores, comerciales, etc.

No digo nada nuevo, pero va un breve punteo acerca de lo que se supone que debería hacer una contratapa:
*Seducir al lector, encantar, tentar.
*Contar un poco, pero no mucho, de qué trata el libro.
*Adelantar el clima, el estilo, preparar al lector para lo que va a encontrar dentro, pero dejando margen para la sorpresa y el descubrimiento propio.

Y cuando se trata de contratapas de libros para chicos y jóvenes se agrega la variable del múltiple destinatario, entre otras cosas. Mientras que las contratapas en los libros de adultos se dirigen al lector potencial... ¿a quién se dirige la contratapa de un libro para chicos? ¿Al librero, bibliotecario, docente, padre/madre/adulto que compra el libro o que lo recomienda? ¿O se dirige directamente a sus lectores finales?¿Cuenta la trama o habla de los premios recibidos por su autor/a? ¿Elogia lo "educativo" del tema del libro o destaca sus cualidades literarias?

Ya bromeé sobre la escritura de contratapas acá. Suelo leerlas como parte de la formación profesional, pero no leo las de las novelas que estoy por leer, porque siempre temo que van a adelantar más de lo que me gusta. Me molestan las contratapas muy largas, que llenan toda el espacio. En general, por suerte, eso no pasa en los libros para chicos.
Muchas veces el tono y la extensión del texto de contratapa están definidos por características de la colección, si es una cita textual, si habla el autor, si hay recomendaciones o comentarios de otros autores o periodistas o especialistas (esto cada vez se usa más en los libros para adultos, a modo de los destacados o blurbs de las películas, pero todavía casi nada en los libros para chicos), si aparece información biográfica...

Como sigo investigando sobre las reediciones, quiero compartir una cronología de contratapas. Me parece que su lectura brinda un panorama interesante y da muchas pistas acerca de los cambios que se dan en los libros para chicos con el paso del tiempo y no dejan de sorprender algunas cosas que nunca cambian. (Copio a contiuación solo los textos que se refieren a la obra expresamente y no los datos biográficos de autora e ilustradores que en algunas ediciones aparece.):
 
Bornemann, Elsa Isabel. Bilembambudín, Ediciones Librerías Fausto, Buenos Aires, 1979. Ilustraciones de Guido Bruveris

Bilembambudín. La ecología -tema de indudable actualidad- es abordada de un modo singularísimo en esta novela especialmente creada para los niños de hoy. La impostergable necesidad de preservar la naturaleza se presenta a los chicos a través de una serie de episodios (que los guiarán -imperceptiblemente- a la comprensión de tal necesidad) resueltos de manera humorística, poética, realista, disparatada o fantástica, configurando un mágico caleidoscopio que deleitará a los lectorcitos a partir de sus primeras páginas. Una obra sobresaliente por sus valores literarios y educativos.

Bornemann, Elsa. Bilembambudín o el último mago, Fausto, Buenos Aires, 1986. Ilustraciones de Sergio Kern
 Solo mediante gran afectividad y auténtica capacidad creadora ha podido lograrse la conjunción de lo mágico -tema eterno desde siempre- con la reflexión sobre el equilibrio ecológico, tal como se dan en Bilembambudín. El último mago.
Es éste uno de los libros más exitosos de una autora argentina que ya no necesita presentación: Elsa Bornemann; de ahí su reedición entre los primeros títulos de la colección "La Lechuza", gestada por un equipo que medita con seriedad sobre cómo lograr que los más jóvenes quieran la lectura.
La Presentación del libro al lector, las palabras dirigidas a los adultos y los dibujos de Sergio Kern son propuestas que sin duda atraerán mútliples intereses.

Bornemann, Elsa. El último mago o Bilembambudín, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1996. Ilustraciones de Olga Cuéllar. (1° reimpresión en Argentina en 2002 con el título Bilembambudín o el último mago.)
El último mago o Bilembambudín es una historia llena de magia, encanto, imaginación y sorpresa. El reino de Bilembambudín está en peligro y Jeremías, el último mago, busca a la pequeña Aldana para que le ayude a salvar el reino del loco de la torre, quien irrespeta a la Naturaleza. Aldana debe cumplir la misión sola, con un par de zapatos verdes que la llevarán a los lugares indicados para resolver el misterioso acertijo. Luego, con la ayuda de los hijos de Doña Naturalia, Tierra, Agua, Fuego y Aire, emprenderán la lucha por salvar a Bilembambudín.

Bornemann, Elsa. El último mago o Bilembambudín, Alfaguara, Buenos Aires, 2004. Ilustraciones de Pablo Bernasconi
Guiada por Jeremías, el "último mago", Aldana llega al reino de Bilembambudín para cumplir una importante misión. Un dragón capaz de muchas cosas, un ratoncito charlatán, fantasmas, hombres-globo, la gata Bebelunas... hasta los hijos de la Naturaleza colaboran para que pueda llegar a la meta. Gracias a su coraje, la joven protagonista vive apasionantes aventuras y, además, descubre un valioso secreto que compartirá con los lectores. Enigma, acción y mucha magia son algunos de los tantos componentes que han convertido este libro de Elsa Bornemann en un clásico de la literatura infantil argentina. Para leer, volver a leer y recomendar a los amigos.

4 comentarios:

A.S dijo...

Escribir la contratapa es como hacer el "Trailer" de una película: un género aparte.
En la industria de Hollywood lo hacen empresas especializadas.
Se planea incluso durante la filmación, y los directores filman tomas especiales que no van a ir a la película, sólo para usar en el trailer.
En literatura ¿Cómo sería ese equivalente?
Podría ser que el editor haga un encuadre muy preciso y luego le pida al escritor una "Toma especial para la contratapa" (por ejemplo, a una Bodoc, para que el lector pueda admirar su prosa en gragea) ; o quizá que el editor se dejara inspirar por el texto y escribiera una especie de microtexto ad-hoc.
Todo eso sin olvidar tooodas la máximas que ponés en la nota, con las que coincido.

Un saludo

nat dijo...

Muy bueno A.S. Estaría bueno que fuera como el trailer de las películas (aunque ahora también hacen trailers de algunos libros, ya tendremos que hablar de eso algún día).
Al menos yo intento lograr inspirarme (o bueno, tomar frases abiertamente del texto en cuestión, a decir verdad) para lograr transmitir no solo el tema o el argumento, si no también el estilo, el tono del libro. Pero lo de las tomas especiales no lo había pensado... lo voy a tener en cuenta!

Anónimo dijo...

Esta entrada del blog me interesó particularmente, Natalia.
Gracias! Iris

Ikima dijo...

Bueno, ¡menuda evolución! La primera está tan sumamente dirigida a padres/docentes que incluso habla de "los chicos" como si estuviesen muy lejos del libro, en un país remoto o algo así.

La segunda, demasiado lírica y ornamentada, no provoca ganas de leer el libro, y la tercera tampoco, porque prácticamente te ha contado todo el argumento de pe a pa, no deja lugar para la sorpresa o, al menos, esa es la sensación que da.

Particularmente la que más me gusta es la última, creo que la evolución ha sido para mejor. Da ganas de leer el libro, te menciona algunos ingredientes interesantes y no te desvela el argumento, sólo lo asoma.

Muy buena entrada.

Un saludo