1. ¿Qué respondés cuando te preguntan “a qué te dedicás”?
Como soy polifuncional, al estilo jugador de Bilardo, generalmente respondo que a varias cosas: soy docente, escritor, editor. Y las tres cosas tienen que ver con niños y jóvenes, no exclusivamente pero si mayoritariamente. He sido maestro de chicos y de adolescentes, escribo casi todo para chicos, edito libros de LIJ.
2. ¿Cómo llegaste a los libros para chicos y jóvenes y por qué te quedaste?
Gracias a mi trabajo como maestro. Antes de ser maestro escribía sólo para adultos: prácticamente desconocía la literatura para chicos, descontando los cuentos clásicos y a Horacio Quiroga.
3. ¿Cuál es tu primer recuerdo de un libro?
En un tronco hueco vivían dichosas
dos ardillas listas, inquietas, curiosas.
Eran tan iguales que nadie sabía
ni aún su propia madre, si eran Pío o Pía.
Así comineza un libro llamado Las ardillitas mellizas, que me leía mi madre. Un libro grandote de Sigmar, amarilleado por el tiempo (fechado en 1967) que ahora leen mis hijas. Ese, y un caperucita roja también de Sigmar, fueron mis dos primeros libros, mis primeros recuerdos librescos.
4. ¿Qué estás leyendo ahora?
Como en una semana me voy a París, estoy releyendo un libro de adolescencia, Rayuela, de Cortázar, esta vez en una edición anotada que trae planos de París y las recorridas de Horacio y la Maga. Nostalgia pura.
5. ¿Cómo y dónde trabajás un proyecto?
Generalmente en casa, si es personal y de escritura. Y en bares o parrillas (a falta de oficinas) cuando se trata de proyectos editoriales, con mi amigo y socio, también editor y escritor, Jorge Grubissich.
6. ¿Qué detestás de los libros para chicos y por qué?
Los diminutivos exasperantes, excesivos, suelen ser señal de que el que escribe piensa que los chicos son medio bobitos. No siempre, claro, pero bastantes veces. Y el didactismo exagerado, por supuesto, por obvias razones.
7. ¿Cuál es tu lugar y momento favorito para leer?
Tres: los viajes urbanos, pues no concibo ir en colectivo o subte sin ir leyendo. La cama, de noche. Y el baño, soy un lector realista, abogo por la lectura en el trono.
8. ¿Tenés algún sueño recurrente para compartir?
No tem.
9. ¿Qué superpoder te gustaría tener y cómo lo usarías?
Me gustaría volar. Me la pasaría volando por todos lados, viajar sería cotidiano.
10. ¿Algún/algunos libro/s de tu biblioteca ideal para recomendar?
Muchísimos: mencionaré tres: La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin; El barón rampante de Ítalo Calvino y Matadero Cinco, de Kurt Vonegut.
11. Una preocupación actual.
Me preocupan muchas cosas, para relacionar con este blog diría que la decadencia de la educación en nuestro país, que a veces parece deliberada, es una de mis preocupaciones más fuertes.
12. Un logro del que estés orgulloso.
No sé si mis hijas entran en ese rubro, el de logros, así que por las dudas no las pongo, aunque las piense primero. Haber escrito muchos libros y llevar adelante una pequeña editorial son dos logros que me enorgullecen.
13. ¿Cuál era tu libro favorito cuando eras chico?
Varios, uno de ellos podría ser Tom Sawyer en el extranjero, de Mark Twain. Y uno de Sherlock Holmen, de Conan Doyle: La liga de los pelirrojos.
14. Una recomendación para quien se quiere dedicar a lo mismo que vos.
Hay que leer. La docencia, la edición y desde luego la escritura son oficios de lectores. Y leer es realmente una actividad placentera, indispensable para entender el mundo y para disfrutarlo más.
15. Algo que te dé alegría inmediata.
El nacimiento de una idea que pueda transformarse en libro, y las primeras líneas que le siguen siempre son una gran alegría.
Datos sobre Mario en Editorial Amauta.
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