miércoles, 4 de marzo de 2009

Del editor al lector

Hace poco más de un mes salió publicada una nota en Página/12 sobre Planta Editora, un nuevo proyecto editorial de libros para chicos. Por aquí solemos festejar los nuevos emprendimientos de este tipo. Pero tengo que hacer en este caso algunas salvedades: por un lado a Silvina Friera, la periodista, que a pesar de ser de las pocas que dedica espacio a estos temas y que, en general, sabe de libros para chicos, en este caso parece ignorar el resurgimiento de las publicaciones infantiles en la Argentina, después de la vuelta a la democracia en el '83. Habla de este nuevo proyecto como si desde entre el cincuenta y setenta hasta el año pasado no hubiera sucedido nada. Y de hecho hay en circulación varias ediciones de los cuentos de Saki, por ejemplo, aunque es cierto que no de los otros autores que están reeditando.
Y por otro lado al trabajo editorial. Por ahora han publicando autores ya fallecidos, y el peso de sus lanzamientos está puesto en la estética de los libros. Sin embargo, tengo que hacer una aclaración: a mi criterio, una edición al cuidado del editor no solo vale por la calidad de impresión y/o encuadernación, la elección del ilustrador y/o el diseñador, y que en este caso tampoco es que se trata de un diseño innovador ni mucho menos, sino también por el trabajo editorial propiamente dicho. Pude leer en detalle uno de los libros, el de Saki (así que no hablo por el resto porque aún no vi más que su portada) y me pareció que le faltaba trabajo de corrección, de ajuste de texto... Poner diálogos con la raya de diálogo mal usada o no usada para nada es -como mínimo- confuso. Y sobre todo pensando en lectores chicos, no del todo entrenados en estos usos. Esto puede parecer un detalle, pero a mí me resulta importante, porque creo que es parte del trabajo editorial la presentación final de un texto, sobre todo sin autor a mano que pueda opinar. Y sobre todo cuando cada vez más se puede encontrar uno con editores profesionales y de oficio, y correctores profesionales que saben y pueden fácilmente detectar estas faltas.
Veré el resto de los libros que publiquen tratando de no quedarme con esta idea, pero ya no con la emoción de encontrar un nuevo, original y cuidado proyecto.

3 comentarios:

Eduardo Abel Gimenez dijo...

Dice la nota: "La Noche de los Bastones Largos y la dictadura echaron sus mantos de sombra sobre ese panorama tan esperanzador, desaparecieron personas, se quemaron libros y se interrumpió esa aceitada máquina editorial que parecía funcionar casi en piloto automático. Hace dos años, la bulliciosa cabeza de Luciana Delfabro empezó a tirar de un hilo que asomaba con insistencia –tal vez intuía que todo comienza por suturar las heridas que dejan lo que se quebró–: crear una editorial para chicos, que se centrara en el rescate de esos buenos cuentos perdidos o inhallables, que no se volvieron a editar, y con buenas ilustraciones."

Quiero pensar que es una redacción confusa (hoy estoy bondadoso), y no un intento de hacerle creer a alguien que desde la dictadura hasta Luciana Delfrabro no se hizo nada de nada. Esto último sería francamente insultante, por no decir estúpido.

nat dijo...

Exacto. Y siguiendo con tu tono bondadoso, también puede ser un editor que recortó algo en el medio. A veces pasa que salen las notas no como las entregó el periodista. Así que también eso es una opción, porque realmente dudo mucho de que una de las pocas personas que cada tanto saca en un medio masivo un artículo de lij pueda afirmar eso.

Laura M. Giaccio dijo...

Qué bueno que está el blog! Me encanta lo que hacen! Saludos!