domingo, 10 de octubre de 2010

Franco Vaccarini responde las 15 preguntas

1. ¿Qué respondés cuando te preguntan “a qué te dedicás”?
Que escribo. Que soy escritor. Disparo sin piedad y al medio de los ojos.

2. ¿Cómo llegaste a los libros para chicos y jóvenes y por qué te quedaste?
Llegué de grande, un proceso lento y combinado: mis hijas, mi forma de escribir antes de tener hijas, los editores que se avivaron antes que yo de que era mi modo natural de entrarle a la narrativa. Y después, tiempo al tiempo, todo se abrió: me zambullí en mi propia fuente.

3. ¿Cuál es tu primer recuerdo de un libro?
Meriendas en un bosque, elfos devorando cosas ricas, colores, magia.

4. ¿Qué estás leyendo ahora?
Hoy y estos días: Visitando a Mrs. Nabokov, de Martín Amis. Notas periodísticas, cuasi ensayos sotre tenis femenino, armamentismo nuclear, viudas de escritores, vidas de escritores, en fin. Resalta la inteligencia, la ironía y la elegancia de Amis.

5. ¿Cómo y dónde trabajás un proyecto?
En el taller de herramientas de casa, que es también el taller de escultura de mi esposa, que es también el dormitorio del  perro, que es soberanamente mi estudio: dos computadoras y los libros más urgentes a leer y a escribir.

6. ¿Qué detestás de los libros para chicos y por qué?
El “abuenamiento” generalizado de los  personajes, las aventuras en vacaciones, que se caigan por un agujero otra vez, mil veces. Que quieran tanto a los abuelos. Yo mismo caí en alguno de esos tópicos, se entiende. Puedo soportar mis aprendizajes.

7. ¿Cuál es tu lugar y momento favorito para leer?
Lugar: muchos lugares. La mecedora, el sillón, un bar, un micro. El momento: cualquiera, salvo que tenga sueño.

8. ¿Tenés algún sueño recurrente para compartir?
Sueño que todo el mundo tiene sueños recurrentes menos yo. Lo sueño una y otra vez.

9. ¿Qué superpoder te gustaría tener y cómo lo usarías?
Ser invisible. Para observar sin malicia casas ajenas, de ciudades que apenas conozco, de pueblos de provincia. Para entrar en el secreto de las siestas, los silencios, las charlas que nadie puede escuchar. Me interesan los gestos de la gente cuando está sola, cuando nadie la observa, cuando la máscara social no es necesaria. Me ilusiono que ahí aparece una forma desconocida de realidad. Tal vez, la mera realidad.

10. ¿Algún/algunos libro/s de tu biblioteca ideal para recomendar?
Relatos reunidos, Del cielo a casa y Turistas, de Hebe Uhart. Todos conseguibles ahora mismo en librerías. Regalo los libros de Hebe para que la gente se acuerde bien de mí.

11. Una preocupación actual
La discriminación naturalizada en el habla cotidiana. La imagen que nos hacemos de quienes somos “nosotros”, sin darnos cuenta de los que automáticamente excluimos, en un proceso mental imperceptible, del país de “Nosotros”.

12. Un logro del que estés orgulloso
Y, sí. Es fácil. No haberme olvidado que de chico quería ser escritor.

13. ¿Cuál era tu libro favorito cuando eras chico?
Dos: Viaje al centro de la Tierra, de Verne. Y Crónicas marcianas, de Bradbury.

14. Una recomendación para quien se quiere dedicar a lo mismo que vos
Es la lectura, no seas sonso. La lectura para tener una idea de mapa, la medida, la escala, lo que diferencia a unos de otros y para saber qué lugar de ese mapa te gustaría ocupar. Y después: la mejor historia todavía no la escribiste. Estás muy lejos de tu potencial, siempre. Estás frío todavía. Hay una luz remota, pongamos que es el Sol. Acercate hasta prenderte fuego. Extinguirte en tu fuego y poder contarlo: ese es tu máximo potencial. Lo acabo de hacer un poco dramático, pero es así. Un escritor es un pariente cercano del Ave Fénix. Eso sí: hacelo con gracia, para que los demás puedan bancarte. No es necesario hablar de cómo te prendiste fuego mientras escribías porque te quemarías socialmente. Que “presumir” no reemplace a “escribir”. Mejor hablá de fútbol o de Murasaki, o del precio del tomate. Y lo digo en serio. Y no te sientas por eso San Martín. Digo: no sos realmente humilde si te sentís un prócer por serlo. Inevitablemente, escritor o taxista o banquero, sos, somos, gente común y corriente. Acordate de cuando te dolió la muela. Como al vecino.

15. Algo que te dé alegría inmediata
Agua fresca en verano, una remera nueva, tenis para jugar a que me olvido de las cosas que nunca me olvido.

Más información: Franco Vaccarini en Wikipedia
Fotografía: Ana Garavedian / © Pictus S.R.L.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho la metáfora de que los escritores somos parientes cercanos al Ave Fenix. Bellísimo simplemente.

Alexiev dijo...

Franco, sos groso, me encanta lo que haces... ya nos veremos nuevamente en alguna feria... (o todos los días en facebook)...

Saludos

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EA dijo...

linda nota!! saludos

CALVI! dijo...

!Hermosa entrevista!
(!Lo de caerse de nuevo una y otra vez a un agujero!)
Entusiasmante.
Quiero más.
FER

Pararrayos dijo...

Alexiev, gracias! Nos estamos viendo acá o allá.
Calvi, me alegro. Estas preguntas ayudan a que uno se suelte, crean el "efecto bar".